En la segunda jornada de presentación de las colecciones de alta costura para el próximo otoño, Chanel ha acuñado el concepto de Nuevo vintage. El diseñador Karl Lagerfeld lanza este término paradójico con un desfile dominado por la lana, el brillo, el rosa y el gris. Las modelos Jamie Bochert y Stella Tennant han abierto el desfile.
El tejido más característico de Chanel, el tweed, es el protagonista. “Todos los tweed que veis están bordados, aunque no lo parezca”. Tul e hilos metálicos se mezclan con la lana en casi todos los conjuntos. Medias que emulan el acabado del metal y zapatos con remates completan la apuesta metalúrgica.
El traje de dos piezas tradicional de la casa se reformula en dos direcciones: por una parte se diseña con formas más anchas y holgadas; por otra, la chaqueta se ajusta al cuerpo y se decora con cinturones. Este trabajo guarda seguramente relación con las fotografías de más de un centenar de personajes (de Yoko Ono a Uma Thurman) que Lagerfeld ha tomado para el libro y la exposición ‘The Little Black Jacket’.
Las colecciones de alta costura permiten exhibir las técnicas artesanales de algunos de los talleres que Chanel compró para asegurar su supervivencia. Por ejemplo, el plumista Lemarié o el bordador Lesage. Siguiendo esa estela, Dior anunció ayer la compra del taller de bordados Vermont, que surtió de locos materiales a los diseñadores de los años sesenta.
Los pantalones se desmarcan como los protagonistas de esta temporada en la alta costura. Tras la cantidad de ellos que se vieron ayer en el debut de Raf Simons en Dior, hoy han vuelto a aparecer en Chanel. Eso sí, completamente bordados o realizados en materiales atípicos como el encaje.
La puesta en escena de los desfiles de Chanel es parte fundamental del espectáculo. En esta ocasión, el decorado ha sido más contenido. Una sala del Grand Palais ha sido repintada para la ocasión (frescos en el techo, incluidos). Un gigantesco arco que parecía pintado a lápiz reproducía un espejo que decoraba el primer estudio de Coco Chanel. Arbustos con más de 6.000 camelias de tela prendidas en ellos flanqueaban el camino hasta el desfile.