El reglamento comunitario GDPR protege a los usuarios sobre el uso de su información en internet y redes sociales, además de imponer severas multas en caso de utilización abusiva
En los últimos días, la mayoría de ciudadanos ha recibido en su correo electrónico distintos avisos de empresas en las que están registrados que les requiere que suscriban la nueva política de privacidad y protección de datos que impone la Unión Europea a partir de hoy, gracias a la entrada en vigor del Reglamento General de Protección de Datos, más conocido por sus siglas en inglés GDPR. De esta forma, los usuarios son los que deciden a qué empresas entregan sus datos.
Además, la aplicación de esta norma supondrá que las autoridades comunitarias contarán con instrumentos sancionadores que penalicen hasta con 20 millones de euros a aquellas firmas que no la cumplan.
La nueva normativa exige que el consentimiento para el uso de datos de los usuarios sea específico e inequívoco. Así, el consentimiento no puede deducirse del silencio o de la inacción de las personas, como sucedía hasta ahora.
Igualmente, las empresas tendrán que proporcionar información a los usuarios sobre el tipo de datos que recogen y los fines para los que lo hacen, cesiones a terceros o duración en la conservación de los datos, entre otros aspectos.
El reglamento se aplicará plenamente a cualquier operador independientemente de donde tenga la sede siempre y cuando trate información de europeos y desarrolle actividad comercial o haga análisis de perfiles de estos ciudadanos.
Últimamente, varias de las mayores plataformas tecnológicas están informando en cadena de la actualización de sus respectivas políticas de privacidad, para ajustarse a esta exigente normativa que cambia las reglas del juego de la privacidad europea.
Tras el reciente escándalo de Facebook por la filtración de datos a los que tuvo acceso la consultora Cambridge Analytica, vinculada a la campaña electoral que dio la victoria al presidente estadounidense, Donald Trump, la plataforma trabaja con especial ahínco para cumplir con el reglamento comunitario, que exige la privacidad desde el diseño, y el consentimiento explícito del usuario para que una empresa pueda usar su información personal para fines distintos a los previstos inicialmente.
El caso de Cambridge Analytica ha sido «la gota que ha colmado el vaso» en cuanto a infracciones a los derechos de privacidad, aseguró el abogado y consultor Borja Adsuara.
Sin embargo, con normativas como el reglamento europeo, confía el experto en derecho digital, se irá llenando «poco a poco el vaso del respeto a los derechos fundamentales de los ciudadanos.
En los últimos días, no solo Facebook, sino que las también estadounidenses WhatsApp, YouTube o Twitter se han sumado al aluvión de actualizaciones de sus respectivas políticas de privacidad para ajustarse a la nueva ley europea.
PRIMEROS PASOS. En el actual contexto de cambios normativos, WhatsApp elevará desde los 13 años hasta los 16 la edad mínima para registrarse en Europa en su servicio de mensajería, a pesar de que el reglamento permite que se mantenga como hasta ahora.
Por su parte, YouTube, de Google, con el compromiso de repetirlo trimestralmente, acaba de publicar por primera vez un informe con el número de vídeos borrados entre octubre y diciembre de 2017 por considerarlos inadecuados; la cifra superó los ocho millones.
También Twitter sentó recientemente las bases de un mayor compromiso con la transparencia.