Lena Dunham con la ropa diseñada con la cara de Bill Murray en la película ‘Life Aquatic’. / Instagram
¿Para qué comprarse unas mallas estampadas con la cara del actor Benedict Cumberbatch o una camiseta con pequeñas Lena Dunham [guionista, directora y actriz de la serie Girls] si no es para fotografiarse con ellas y compartirlo con el mundo? Varias marcas de ropa nacidas por y para las redes sociales triunfan con su ropa inspirada en la cultura pop, en parte gracias a la ayuda de las propias celebrities que plasman en sus diseños.
“Nuestra prenda más vendida de todos los tiempos, es decir, de hace año y medio escaso, es la camiseta Bill Dot, que lleva la cara de Bill Murray en la película Life Aquatic sobre fondo azul, pero ahora mismo el mayor éxito es la Sexy Jeff, con Jeff Goldblum”, explica Heather Lipner, la impulsora de la marca Clashist. Esta firma también tiene en catálogo camisetas de los intérpretes Seth Galifianakis y Seth Rogen y pantalones con las 1.000 caras de Ryan Gosling. Lipner, que ya estaba al frente de la tienda digital Uncovet, especializada en diseñadores independientes, decidió que había un hueco en el mercado para la ropa hecha en clave de meme de Internet.
Clashist inició una colecta en la plataforma de micromecenazgo Kickstarter para poder lanzar la marca, pero no necesitó esperar a recaudar los 20.000 dólares (algo más de 17.000 euros) que necesitaba, ya que las imágenes de sus primeras camisetas empezaron a circular por la Red y rápidamente generaron demanda.
James Franco, el actor hiperactivo con una frenética presencia en las redes sociales, es uno de los que no pude resistirse a colgar en su perfil de Instagram una foto del bañador o la camiseta estampada con su cara y la actriz y directora Mindy Kaling hizo lo propio con su camiseta de Seth Rogen.
Dunham dijo de las prendas que plasman su cuerpo desnudo, tal y como ha aparecido muchas veces en Girls, que eran “lo mejor que le ha pasado en la vida”. El director y guionista Judd Apatow, o las actrices Leslie Mann, Amber Rose y Aubrey Plaza también han hecho promoción desinteresada de la marca y, al parecer, Miley Cyrus es fan del bañador serigrafiado con su famosa lengua, que se vende por unos 100 euros.
¿Qué tiene que tener un icono pop para recibir el tratamiento Clashist? “Escogemos a famosos que tienen un buen sentido del humor y que comparten nuestros valores feministas e igualitarios”, explica Lipner.
La otra mina de oro que trabajan estas marcas es la de la nostalgia centrada en los años noventa y 2.000, las décadas que muchos rincones de Internet nunca se cansan de rememorar. Poprageous, la firma que se ha hecho famosa al comercializar los leggings de Cumberbatch —no en vano apodado “el novio de Internet” por su muy activa y entregada base de fans, los llamados cumberbitches— tiene también prendas inspiradas en el Tetris y con motivos de Pikachu, el muñeco de Pokémon.
También es posible calcar los estilismos de Cher Horowitz, la pija protagonista de Fuera de onda a la que interpretó Alicia Silverstone, de las colegialas de la serie Sailor Moon o de las Spice Girls gracias a Glitters for Dinner, una marca australiana que también tiene su principal herramienta de difusión en Instagram, donde acumula más de 100.000 seguidores.
“Nosotros nos centramos en la nostalgia progresista”, apunta la fundadora de Clashist. “Nos inspira la gente que ha cambiado las perspectivas culturales a través de su arte. Y, lo que es más importante, diseñamos estampados que nos recuerdan que hay que divertirse y reírse de uno mismo”. De ahí salen, por ejemplo, las bermudas de Wayne’s World, la camiseta de Kurt Cobain, la falda de tubo del rapero Snoop Dogg o la minicolección basada en los trajes de Samantha Jones, Kim Cattrall en Sexo en Nueva York.