El día que Juego de tronos rodó La batalla de los bastardos, ellos mismos sabían que estaban haciendo historia de la televisión. Habían grabado durante 25 días, el equipo estaba formado por 600 miembros, participaron 500 extras y contaron con 70 caballos. Pero parece que David Benioff y D.B. Weiss se han subido el listón porque se ha filtrado que han terminado de rodar otra batalla, y para esta han necesitado 55 noches consecutivas de trabajo duro para hacerla realidad.
No pudieron con ellos ni “el frío, la nieve, la lluvia, el fango, la mierda de oveja de Toome o los vientos de Magheramorne” según Jonathan Quinlan, asistente de dirección de veinte episodios de la serie. Quiso agradecer al equipo de parte del equipo de producción el arduo trabajo porque “cuando decenas de millones de personas de todo el mundo vean este episodio dentro de un año, no sabrán lo duro que trabajasteis”. En su opinión, los espectadores sólo entenderán que “están viendo algo que nunca antes habían visto”.
Toome y Magheramorne son dos de las localizaciones de Irlanda del Norte donde se está rodando la octava y última temporada de Juego de tronos. Desde la web de Watchers on the Wall especulan que la tercera localización podría haber sido Stainfield, donde saben que se han rodado escenas aunque no tienen ni idea de su contenido o por donde pueden ir estas tramas.
¿Y qué se puede decir de esta batalla? El que prefiera no saber nada de la octava temporada que no lea. La cuestión es que desde esta web de fans se rumorea que podría tratarse de una nueva batalla en Invernalia (Winterfell), el hogar de los Stark donde ya se desarrolló La batalla de los bastardos (y tiene sentido si tenemos en cuenta que se encuentra en el Norte, por donde tienen que pasar los caminantes que dejamos entrando en los Siete Reinos tras derribar el Muro).
Eso sí, como ya ha avisado Quinlan, los espectadores no podrán ver esta batalla hasta 2019 cuando está previsto que HBO estrene la octava temporada de Juego de tronos.