Durante el viaje de tres días de los duques de Cambridge en Nueva York se publicaron cientos de fotos, pero entra todas solo hubo unas en la que a Kate Middleton se la vio realmente sorprendida. Así es como la prensa americana ha interpretado las imágenes del encuentro entre la duquesa y Jenna Lyons, la presidenta y directora creativa de una de las marcas de ropa favoritas de EE UU, J. Crew.
“¿Vestirá la duquesa más ropa de J. Crew?”, se preguntaba InStyle. Lo había hecho la noche anterior, en el partido de baloncesto en el que los duques conocieron a Beyoncé y Jay-Z, Kate llevaba unos vaqueros negros de J. Crew. “Estoy tan emocionada”, confesó Lyons después de enterarse de la elección de vestuario de la duquesa y del encuentro de “dos segundos” que tuvieron y tanta expectación ha creado.
Pero Kate Middleton no es la única clienta VIP de la marca. Desde que Jenna Lyons fue nombrada directora creativa en 2008, J. Crew se ha convertido en una firma de culto gracias a admiradoras como Michelle Obama o Lena Dunham, que en 2012 le dedicó a Lyons parte de su discurso en los premios de Glamour a las Mujeres del año: “Gracias, Jenna Lyons, por hacerme usar shorts, aunque no esté yendo muy bien”. Poco después, Dunham le escribió un papel para ella, como editora ficticia y cool de la revista GQ, en su serie, Girls.
En aquellos mismos premios Glamour, Lyons recogió el suyo y sintió que su discurso era el momento para reconocer su relación con Courtney Crangi, hermana y socia del joyero Philip Crangi. Un anuncio que generó muchos titulares en la prensa de moda y social de Nueva York, pero no tantos como ya había provocado previamente el rumor de que estaban juntas. Lyons había estado casada durante nueve años con el artista Vincent Mazeau y su divorcio y posterior romance con Crangi fue carne de cotilleos durante mucho tiempo. En una entrega de premio hizo pública su relación Courtney Crangi, hermana y socia del joyero Philip Crangi, un noviazgo que había hecho correr ríos de tinta.
Muy a pesar de Lyons, parte de la atención que ha tenido en los últimos años se debe, más que a sus logros profesionales, que incluyen haber triplicado los beneficios de J. Crew desde que está a la cabeza de la marca al apostar por ropa prêt-à-porter chic. “¿Me gusta la atención?”, se preguntaba en el perfil que le dedicó el New York Times confirmando su poder en la moda. “Mi parte narcisista dirá que sí, no hay nada más dulce y emocionante que alguien te reconozca por la calle y te diga que le encanta la ropa de J. Crew. Pero ha sido un shock todo este interés en mi vida personal”.
El interés descendió radicalmente en el momento en que reconoció su relación, y aunque los fotógrafos se vuelven hacia ella en todo desfile o evento, Lyons está más a gusto con un perfil bajo. Quienes la conocen dicen que es alguien con los pies en la tierra, sin ningún aire de estrella de la moda. Alguien que dice de sí misma que era “un patito feo” en el instituto, donde aprendió a coser, un pasatiempo que a pesar de su físico desgarbado la hizo popular. Después estudió en la prestigiosa escuela de diseño neoyorquina Parsons The New Schoool y nada más graduarse entró a trabajar como diseñadora asistente en la sección de hombre de J. Crew. Dos décadas después todos los detalles y decisiones de la marca pasan por ella y Kate Middleton está encantada de conocerla.