Era su segunda cita con el mundo de la moda parisino y no defraudó. La diseñadora lermeña Amaya Arzuaga se tomó este viernes un salón del museo Grand Palais, en los Campos Elíseos, para su desfile en la Semana de la Moda de París, presentando una colección cuyo punto de partida fue «el interior del cuerpo humano».

La colección ofrecida por Arzuaga para el otoño y invierno próximo incluyó chaquetas con hombros pronunciados, abrigos con el juego de volúmenes que caracteriza a la estilista española y pantalones y vestidos perfectamente estructurados. «El punto de partida de esta colección fue el interior del cuerpo humano. He tratado de trasladar la estructura ósea del cuerpo a la ropa», explicó Arzuaga a la AFP en vísperas del desfile, que estuvo dominado por el negro, con toques de naranja, rojo sangre y turquesa encendidos.

La diseñadora, que ha presentado antes en la Semana de la Moda de Londres y de Milán, antes de lanzarse a París, la temporada pasada, utilizó materiales nobles, como sedas muy finas, que subrayaban la estructura del cuerpo. Hubo vestidos muy cortos, en rojo y azul, con espaldas redondeadas y lucidos por modelos con piernas interminables. También presentó faldas ceñidas acompañadas de blusas con mangas como alas como de mariposa, medias en lana y cuero y largos vestidos de seda, que parecían flotar en el aire, además de abrigos con importantes volúmenes y chaquetas con hombros pronunciados.

Arzuaga, que vende sobre todo en Asia y Europa, experimentó esta temporada con materiales nuevos, como el cuero plástico y lanas rígidas, que trabajó en formas innovadoras, para crear «siluetas depuradas, limpias, sin accesorios». «Esta colección es resultado de una búsqueda de formas nuevas y personales. Creo que una colección representa una propuesta, y la mía apuesta por volúmenes y colores muy personales y por nuevas mezclas de tejidos», dijo, tras señalar que en esta colección continuó explorando la idea de su desfile anterior: las mariposas. «Esa imagen me sirvió como punto de partida para una colección que he querido sofisticada pero también más fácil de usar que algunas de mis otras colecciones».
Arzuaga, que acaba de presentar su segunda línea de prêt-à-porter en la madrileña pasarela Cibeles, confesó que tenía «algo de miedo» de desfilar en la Ciudad Luz. «París me impone mucho respeto, porque aquí desfilan los grandes», dijo la creadora, que contó que decidió lanzarse en el mundo de la moda después de asistir a una escuela católica, donde el uniforme era reglamentario.

«Creo que lo importante de un desfile es que te vayas con una idea clara de algo. No es ver ropa por ver ropa, sino un conjunto. Un desfile representa un universo: es la ropa, claro, pero también la música, el espacio», dijo.

Los aplausos que recibió Arzuaga este viernes en el Grand Palais sugieren que su «atrevimiento» de desfilar en París ha sido recompensado. «Espero seguir desfilando en París, consolidarme y ampliar mi cartera de clientes, buscando ahora el mercado de Estados Unidos», declaró la creadora.