La cita es en el subterráneo del Palais de Tokyo, templo del último arte contemporáneo en París, convertido desde hace algunos meses un exclusivo club nocturno de paredes. Este lugar de paredes de hormigón y luces fluorescentes, que en su día fue sala de proyecciones de la Cinemateca Francesa, se acaba de convertir en hogar de la nueva colección de Camper, presentada este jueves en el marco de la semana de la moda en la capital francesa. No responde al azar que la marca mallorquina haya escogido este sofisticado enclave para presentar su colección. Con ella, Camper parece completar una perseguida reinvención, que aspira a conectar de nuevo a la marca, algo dormida en los laureles, con un público joven y ávido de tendencias.
“Hay decisiones difíciles, pero que uno tiene que tomar”. Quien lo dice es Miguel Fluxà, director general de Camper, sentado en una butaca del primer piso del club. Nació en 1975, el mismo año que su padre creó la marca. Tal vez por eso, al tomar las riendas del negocio en 2012, entendió que las cosas tenían que cambiar. “Es algo a lo que todas las empresas se enfrentan en un momento determinado. A medida que pasan los años, cada vez cuesta más, porque la mochila es cada vez más pesada”, sostiene Fluxà. Su proyecto en los últimos dos años ha consistido en “reconectar con los valores” que propiciaron el éxito internacional de Camper en la segunda mitad de los noventa. “Desde entonces habíamos perdido en frescura. Es un sector muy dinámico en el que no te puedes dormir. Lo que teníamos era maravilloso, pero se podía mejorar”, reconoce Fluxà.
Su aliado en esta causa ha sido el diseñador francés Romain Kremer, quien fue nombrado primer director artístico de Camper a mediados del año pasado. En su segunda colección para la marca se confirma su clara voluntad de emprender un giro. Su propuesta es un “homenaje al verano”, repleto de volúmenes moldeados, geometría variable y colorismo flúor, en la que incluso reinventa modelos icónicos de la casa, como Pelotas o Twins. A los 32 años, Kremer sigue siendo un nombre semidesconocido para el gran público, pero respetado en el microcosmos de la moda parisina. En 2005 ganó un premio especial en el Festival de Hyères, prestigiosa cita del sector en el sur francés, donde se han revelado nombres como Felipe Oliveira Baptista y Anthony Vaccarello. Hasta 2013 dirigió las colecciones masculina de Thierry Mugler, a las órdenes de Nicola Formichetti. Kremer venía colaborando con la marca mallorquina desde 2009.
En él recayó un encargo espinoso: seguir siendo fiel a la identidad de Camper, difícil de alterar a estas alturas sin alienar a su público natural, pero a la vez sacudiéndole el polvo y lavándole la cara. “Igual que los gatos, las marcas tienen varias vidas. Mi trabajo ha consistido en reajustar lo que son con los zapatos que producen”, afirma Kremer. “He querido preservar los valores Camper, como el humor, la ligereza y el anticonformismo, y a la vez proponer una línea más moderna. No he sacrificado el confort, pero la comodidad no puede determinar el diseño. He querido contar una historia distinta”. Kremer también se ha encargado de diseñar la campaña de esta nueva colección, mano a mano con Daniel Sannwald, fotógrafo de moda alemán habitual en las páginas de Dazed o i-D. Por si quedaba alguna duda, volver a seducir a un público joven y tendencioso es su principal objetivo. “Los jóvenes son importantes para cualquier marca. Pero no es solo una cuestión de edad, sino de sentirse contemporáneo y conectado con el espíritu del tiempo”, añade Kremer.
El resultado es, en palabras de Fluxà, “la colección más Camper de los últimos diez años”. Aunque la empresa no comunique cifras oficiales, su responsable asegura que la primera colección firmada por Kremer, que llegó en otoño a las tiendas, tuvo una buena acogida. “Terminamos 2014 con un crecimiento del 5%. Ha sido un buen año”, concluye Fluxà. Ya decía un rato antes este hombre, con aspecto de aventurero razonable, que era partidario de apostar por “modelos rompedores, pero no reñidos con la comercialidad”.