“Llevo años tratando de lograr un estilo a largo plazo. Me encantan todas las tradiciones de la moda masculina, tanto la sastrería como la ropa deportiva o el denim. Supongo que tiene que ver con la edad”. Hace apenas una década habría sido impensable escuchar estas palabras de boca de David Beckham, el primer futbolista que rompió los tabúes del estilo en el mundo del deporte gracias a una considerable dosis de osadía que le llevaba a cambiar de peinado y estilo cada vez que una nueva tendencia asomaba por el horizonte. “Cuando era más joven me interesaba más experimentar con la ropa”, corrobora.

Sin embargo, en los últimos años el futbolista británico más icónico de su generación (y de todas las generaciones) ha emprendido un camino hacia la comodidad que se refleja a la perfección en su nueva etapa como colaborador de H&M, una excepción en una industria marcada por las colaboraciones efímeras y las colecciones cápsula de alto impacto y corta duración. Así lo corrobora Andreas Löwenstam, director de colecciones masculinas de la marca sueca: “Cuando comencé a trabajar con David en la primera colección de Bodywear me di cuenta de que es mucho más que un gran futbolista. Le interesa mucho la moda masculina y tiene claro lo que le gusta y lo que no”.

Son ya varias las colecciones de ropa interior y deportiva que Beckham ha producido en colaboración con H&M, aunque su nueva colaboración viene marcada por horizontes más ambiciosos: por primera vez, el futbolista y empresario ha seleccionado sus piezas favoritas de la colección primaveral de la marca para conformar una especie de cápsula comisariada. “Ha sido una experiencia muy diferente”, cuenta Beckham. “La colección Bodywear consistía en prendas para llevar en casa, o debajo de otras prendas; ahora, sin embargo, me he preocupado por el aspecto general que las prendas ofrecen en la calle. No sólo tienen que sentarme bien a mí, sino a hombres de todo el planeta”.

La colección refleja esa madurez y viene acompañada por una sesión de fotos y un spot protagonizado por Beckham y dirigido por el cineasta Marc Forster, del que ICON ofrece ahora en exclusiva tres imágenes tomadas durante el rodaje. “Son versiones actualizadas de clásicos masculinos que deberían formar parte de manera natural de cualquier armario”, explica a ICON el futbolista, y menciona algunas de sus prendas favoritas: una chaqueta de lino (el material estrella de la colección), una cazadora vaquera con lavado a la tiza o un polo. El objetivo, y en eso coincide con Löwenstam, es generar una colección de básicos combinables y que no den quebraderos de cabeza.

De ahí el nombre de la colección, Modern Essentials, que viene acompañada por una nueva edición de Bodywear. ¿Se ha atrevido esta vez a reivindicar prendas tan descaradamente retro como los calzones largos de su primera colección? “Esta vez me he inspirado en las antiguas prendas deportivas”, cuenta. “Hay camisetas de tirantes a rayas, prendas con mangas raglán, pero en tonos actuales como el azul marino, el gris deportivo y un rojo muy brillante”. Toda una oda a la simpleza que corrobora Löwenstam (“David me ha enseñado a preocuparme por los detalles de cada prenda”) y que conduce, inevitablemente, al trabajo de la gran maestra de la simplicidad chic que es su esposa Victoria. ¿Cómo ha vivido su conversión en diseñadora respetada? “La lección más importante que he aprendido de ella es que hay que ser auténtico”, responde. “Tiene un instinto natural para el estilo y para lo que quieren las mujeres. Trabaja muy duro y estoy muy orgulloso de ella”, concluye. Definitivamente, David Beckham ha sentado la cabeza. Y, decenas de estilistas y peluqueros después, parece tener las ideas extraordinariamente claras. Llámenlo estabilidad estilística o paternidad responsable. O madurez, a secas.