Amaya Arzuaga volvió a presentar en su tierra una colección basada en el volumen y los patrones complejos centrados en la geometría, pero esta vez añadió drapeados y se inspiró en los puzzles para crear piezas que se iban superponiendo.
Como es habitual, las modelos desfilaron para Arzuaga a gran velocidad, y había poco tiempo de admirar sus intrincados diseños, pero suficiente para darse cuenta del enorme trabajo que llevaban detrás. No sólo había que fijarse en la parte delantera, sino que la espalda de varios diseños era incluso más interesante.
Además de sus característicos volúmenes, la diseñadora burgalesa creó para esta colección bonitos drapeados y una especie de nudos muy originales, así como unos tubos metálicos que se internaban en las telas de manera muy creativa.
La colección tuvo como colores los neutros negro, blanco y gris, junto al azul marino, el nude y unos toques llamativos de naranja. Amaya incluyó al igual que hicieron otros diseñadores de la pasarela tejidos de acabado metalizado y muy brillantes, pues será una de las tendencias para el próximo otoño/invierno 2010-2011.
Los tejidos empleados eran igualmente originales, como la piel pigmentada en degradé, la lana hervida, la seda de metal, las paillettes estampadas de colores y la viscosa barnizada.
Unas propuestas inspiradas por los puzzles con las que la diseñadora vuelve a sus orígenes y que cumplieron todas las expectativas.