El 11-S, Kerry O’Brien trabajaba como vicepresidenta senior en una agencia de relaciones públicas en Manhattan. “Y vivía en Tribeca”, cuenta por email desde Vermont, donde reside ahora. “Parte de mi trabajo consistía en ver todo los canales de noticias y me di cuenta de que no podría ver una y otra vez los vídeos de los ataques. Dimití al día siguiente”.
Mientras descubría hacia dónde dirigía su vida, asesoraba a sus tres hermanas y a sus amigas sobre moda. “Descubrí que todas dedicaban mucho tiempo preparando sus estilismos, incluido accesorios y maquillaje, pero no se preocupaban demasiado por la lencería”. Para O’Brien, en cambio, la ropa interior correcta era la base de un look perfecto. Fue entonces cuando fundó Commando en 2003, la marca de ropa interior invisible sin costuras que es un secreto a voces en las alfombras rojas y en las pasarelas y más ahora que se llevan las transparencias.
Desde que se le ocurrió la idea, O’Brien tardó un año y medio en desarrollar los productos y encontrar el material ideal para conseguir el efecto deseado: una silueta sin marcas. “Estaba decidida a crear una colección de ropa interior hecha con tejidos técnicos de lujo, sin elásticos, y de corte limpio para un confort e invisibilidad totales”, explica.
En 2005 lanzó Commando y el éxito de su ropa interior sin costuras fue casi instantáneo. “Las estilistas de las famosas nos recibieron con los brazos abiertos desde el principio porque no había nada parecido en el mercado”, cuenta. “Entendieron instantáneamente la importancia de crear un atuendo sin marcas para sus clientes en la alfombra roja”.
Cristina Ehrlich, que trabaja con Penélope Cruz o Tina Fey, Erin Walsh, que vistió a Kristen Wiig en los últimos Globos de Oro; o Kate Young, responsable del estilismo de Natalie Portman, son algunas de las estilistas que O’Brien menciona entre las admiradoras de Commando.
“Cuando se trata de ropa interior color carne, siempre elijo Commando”, contaba Mel Ottenbarg, el estilista de Rihanna al New York Times. “No se ven incluso cuando el vestido es totalmente transparente”. Y la mejor prueba, de hecho, fue la propia Rihanna en los últimos premios de los diseñadores de moda americanos, donde la cantante lució un vestido de Adam Selman que no dejaba nada a la imaginación.
“Por supuesto ver a Rihanna en Commando en los premios del CFDA fue un momento emocionante. Nuestra clientela de famosas ha crecido rápidamente, con Amy Adams, Eva Longoria o Jennifer Lopez, como algunas de nuestras primeras compradoras; pero también ha crecido el número de clientas no famosas”.
Gracias al éxito, Commando, que toma el nombre de “ir en plan comando”, la expresión coloquial que implica no llevar ropa interior, ha diversificado y ampliado sus diseños y vende en grandes almacenes como Bergdorf Goodman, Bloomingdale’s o Saks Fifth Avenue, en más de mil tiendas en todo Norteamérica, y online vía Net-a-Porter o Shopbop.
Y, por supuesto, fue clave la presencia de la marca, casi desde su fundación, en la semana de la moda de Nueva York. “Solemos proveer de lencería y medias a más de 30 diseñadores cada temporada”, asegura O’Brien.
“Al principio, los diseñadores venían a nosotros porque sabían que les proporcionábamos un lienzo invisible para mostrar sus colecciones”, continúa. Con las pasarelas y las alfombras rojas llenándose de transparencias, y a pesar de que ahora se enfrentan a la competencia de otras marcas con productos similares, como Cosabella o Spanx, Commando se posiciona como algo más que una firma de ropa interior invisible. “En las dos últimas temporadas algunas de nuestras colecciones fueron mostradas en los desfiles de Jason Wu, Milly o Mishap Nomo. Definitivamente, estamos viviendo un momento de alta costura”.