
Pero es que, desde el punto de vista de la imagen, quién niega que lo son. “Desde el principio supe que él era mi hombre”, dice ella en una entrevista esta semana en Vogue. “Pude ver en sus ojos que es un hombre con integridad que cree en las mismas cosas que yo”. Él, por su parte, hace años que cuenta en las entrevistas lo bien que está consigo mismo y su familia. En 2013, decía en Fox: “He sido bendecido más allá de las palabras, más allá de cualquier pensamiento, ganarme la vida jugando al fútbol, tener la mujer más bella, a la que quiero tanto, y los niños más hermosos, que están sanos y felices. Vengo de la mejor familia que se puede tener, con padres que me apoyan y hermanas que me quieren. No se puede tener más suerte”.
Brady nació en San Mateo, California, hace 37 años. Creció en una casa con tres hermanas. Es un tipo de 1,93 de altura, sonrisa cálida y ojos azules que podría haber interpretado al capitán del equipo de fútbol en cualquier película de institutos. Además de sano, exitoso, guapo, deportista y millonario, Brady adora a su madre, a la que se abrazó delante de las cámaras el domingo en el campo.
La historia sentimental de Brady ante las cámaras empieza con la actriz Bridget Moynahan (Yo, Robot). Brady, que debutó en el año 2000 como quarterback de los Patriots, ya había ganado dos títulos Super Bowl y era una superestrella cuando empezó a salir con Moynahan en 2003. Sin embargo, en 2006 Estados Unidos asistió a la separación de la pareja cuando ella estaba embarazada. El hijo de ambos, Jack, nació en 2007. Por entonces, Brady ya estaba saliendo con Gisele Bündchen. Se casaron en 2009 y han tenido dos hijos: Benjamin, de cinco años, y Vivian, de dos. El domingo, Bündchen llevó también al hijo de Moynahan a saludar a su padre.
En 2013, la revista Forbes los situó en el número dos de su lista de las parejas mejor pagadas de Estados Unidos, solo por detrás de las megaestrellas de la música Jay Z y Beyoncé Knowles. La revista calculaba los ingresos conjuntos de los Brady-Bündchen en 70 millones de euros al año. Su contrato con los Patriots, más la publicidad, le aseguran unos ingresos de unos 20 millones al año. Ella gana más que él. Las estimaciones son de unos 41 millones al año. Juntos, según Forbes, ingresan más que el tercer matrimonio de la lista, Brad Pitt y Angelina Jolie, lo más parecido a la monarquía que tiene Hollywood en estos momentos.
La clasificación de Forbes aporta otra curiosidad. Bündchen, de 34 años, no solo gana más que su marido, sino que está también más alta en la lista de los 100 famosos más poderosos del mundo. El ámbito casi exclusivamente estadounidense del fútbol americano ha dejado el estatus de estrella de Brady reducido a su país y parte del público latinoamericano. Su deporte está muy lejos de ser un entretenimiento global como el fútbol, la música o el cine. Así que fuera de Estados Unidos su esposa es más conocida que él. En EE UU, ella es la modelo brasileña que se casó con Brady, el mejor jugador del deporte más popular del país. Para Europa, él es el deportista con el que se casó Gisele Bündchen. Eso les da como pareja menos presencia global que los Beckham, los Knowles o los Pitt-Jolie, aunque juegan en esa liga.
Poco después de la boda, los Brady-Bündchen compraron un terreno de 1.700 metros cuadrados en Brentwood, en las colinas de Los Ángeles, y se hicieron una mansión descomunal de 18 millones. Sin embargo, la pareja apenas ha vivido en ella y ha decidido llevar toda su vida al Este. El año pasado vendieron la casa, de la que se pueden encontrar amplios reportajes fotográficos en Internet, al rapero Dr. Dre por 35 millones. Actualmente viven en otra mansión en Boston, Massachusetts, sede de los New England Patriots. Sus fotos de pareja suelen ser con niños, paseando y montando en bici. La pareja más perfecta de América no decepciona. Hay gente que tiene derecho a ser cursi.