Los diseñadores de sombreros Pablo y Mayaya celebran 25 años de su carrera, una etapa en la que han conseguido vestir a personalidades como la reina Letizia, que sus piezas recorran el mundo y en la que han mantenido el espíritu con el que nacieron: una elaboración artesanal y personalizada.

“La evolución ha sido muy positiva y ha requerido mucho trabajo y esfuerzo”, aseguran Pablo Merino y Mayaya Cebrián, diseñadores de moda de formación, que recuerdan que en un inicio fue una idea arriesgada apostar por los sombreros y los tocados.

En ese momento las pocas sombrereras que quedaban en activo estaban a punto de dejar el oficio, por lo que cuando decidieron emprender su aventura era difícil encontrar materiales e incluso las herramientas para trabajar.

Plantearon un modelo de negocio diferente en el que la elaboración de las piezas era artesanal cien por cien, personalizada, con un control de calidad exhaustivo y una distribución de carácter industrial que ha llevado sus sombreros y tocados a más de cien tiendas de toda España y a países como Italia, Alemania, Bélgica, Japón y Brasil.

Esa forma de trabajar junto a una gran dedicación y a la eficacia en la ejecución del trabajo son, según los diseñadores, algunas de las claves del éxito que les ha llevado a cumplir veinticinco años en la profesión con reconocimiento social y a que sus sombreros los luzcan personalidades como la reina Letizia y otros rostros populares.

Sin embargo, a Pablo y Mayaya no les gusta alardear de que sus creaciones las lleven personas muy conocidas, apuestan por la discreción y aseguran que ponen “el alma” en cada una de las piezas que diseñan sea quien sea el destinatario.

Para celebrar las bodas de plata de su carrera, han diseñado una colección de prendas de alta costura, con el título “Up Town”, para la que se han inspirado en la moda de la década de los cincuenta del siglo pasado.

“Ha sido un éxito”, asegura Pablo Merino al recordar que a los dos días de hacer público que iban a celebrar un desfile de presentación de la colección en Valladolid se agotaron las entradas.

Los diseñadores ya elaboraban prendas de ropa a medida para sus clientes, aunque en la actualidad se plantean diseñar una colección de alta costura anual y presentarla en un desfile cada año.

Tras veinticinco años especializados en sombreros y tocados, Pablo y Mayaya tienen muchas ideas o retos que les gustaría emprender, desde por ejemplo una colección de zapatos hasta quizá una línea de perfume.

La experimentación con nuevos materiales y nuevas texturas es otro de los retos que se marcan los creadores, que recogieron el Premio nacional de Artesanía en 2009.

La crisis económica no ha pasado de largo por el taller de los diseñadores vallisoletanos, que aseguran que han notado las dificultades “como todo el mundo” ya que distribuyen a muchos establecimientos y “no a todos les ha ido igual de bien”.

Durante los años de crisis, en los que algunas firmas de moda se han visto obligadas a cerrar, no les ha faltado el trabajo y han mantenido la fidelización del cliente a través de la elaboración personalizada y una exclusividad que otorga un “plus” a sus productos, aseguran.

En cuanto al futuro de la moda en España, Pablo Merino considera que en la actualidad ha surgido una “nueva ola de diseñadores” con talento, aunque el tiempo luego será el que decida si se hacen un hueco en el sector.

Mayaya Cebrián es partidaria de dar oportunidades a los jóvenes talentos “siempre que sean honestos con su trabajo” y asegura que el talento, con esfuerzo, “siempre sale adelante”.

Sobre el apoyo institucional al sector, Mayaya Cebrián opina que sería adecuado que se tengan en cuenta tanto las necesidades de cada ámbito del sector, como la exportación en el caso de diseñadores consolidados o la promoción para los nuevos creadores, y la opinión de los profesionales.

“El sector de la moda da empleo a muchas personas entre fábricas, talleres, tiendas, distribuidores o comerciantes”, considera Pablo Merino, que lamenta que aún exista “una visión un poco frívola de la moda en general”.