Decía Zeca Abreu, director de Way, una de las agencias de modelos más importantes de Brasil, que en el mundo de la moda “existía un estigma con las modelos brasileñas. Eran muy frágiles emocionalmente y tardaban mucho en entender que su carrera era un negocio”, hasta que llegó Gisele Bündchen para demostrar que eso era solo mito. La brasileña que durante ocho años ocupó el puesto de la maniquí mejor pagada de la industria abandonó las pasarelas en abril de 2015 y sin embargo, sigue siendo una de las más cotizadas. Desde entonces ha cumplido su palabra. Pero ahora su país la hecho una propuesta que no pudo rechazar: ser una de las personalidades que inaugurarán los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro el próximo 5 de agosto.
Sus pasos firmes atravesarán una pasarela futurista durante la ceremonia de apertura que se llevará a cabo en el estadio Maracaná. La noticia la confirmó el comité organizador que evitó dar más detalles del asunto. Por su parte la prensa brasileña también ha revelado que ya está confirmada la participación de los cantantes Caetano Veloso y Gilberto Gil.
Desde hace meses que el nombre de la topmodel, de 35 años, sonaba como una de las personalidades que acudirían a la apertura de los Juegos, algo que a nadie le sorprendió pues es usual que la ceremonia del mayor acontecimiento deportivo esté plagada de grandes personajes que representan el éxito y esplendor del país sede. Lo que realmente llama la atención es que Bündchen haya accedido a volver a pisar una pasarela pues cuando anunció su retiro aseguró que se bajaba para siempre pues su cuerpo le “pedía parar”. Pero parece que cuando se trata de su patria la modelo está dispuesta a hacer una excepción. No es la primera vez que acude a un evento deportivo. Para el Mundial de Fútbol de 2014, acompañó al futbolista Carles Puyol en el cierre.